Tarragona (Catalunya / España). Según el Concilio de Elvira (303-309 EC), ya en esas fechas existía una judería en dicha villa. En la catedral, se pueden ver, detalles de judíos españoles en el retablo del maestro Borrassá, siglo XV. Asimismo se pueden admirar las lápidas sepulcrales conservadas en esa iglesia, y además en el Museo Arqueológico Provincial y en uno de los muros de la calle de las Escribanías Viejas. Desde una época remota hubo judíos en esta capital catalana. Afírmase que con toda seguridad su presencia se remonta a la época romana y que el geógrafo El Idrisi la habría llamado "ciudad de judíos", lo que permite suponer que los hebreos se dedicaban al comercio, compartiendo con los demás habitantes las responsabilidades de la defensa de esta plaza fuerte. En 1311 se indica que se ordenó la confiscación de los bienes de algunos judíos tarraconenses, por la sospecha de haber participado en la conversión al judaísmo de dos cristianos alemanes. Además, una de las sinagogas de esa ciudad fue convertida en iglesia. Esas penas tan severas se repitieron cuando llegaron los desterrados de Francia en 1320 y 1321. Además de renovarse la aquella cuestión, se agregaron nuevos casos de aceptación de arrepentidos. Algunos hebreos recibieron elevadas multas y otros huyeron. También salvó su vida un judío vecino de Valls, que había recibido en su casa a uno de los arrepentidos. El judío había sido condenado a la última pena y su casa debía ser quemada, pero al huir aquel el rey se apropió de su hogar "para fines más útiles". Es en Tarragona donde se halló una lápida hebrea que sería la de mayor antigüedad de España, actualmente expuesta en el Museo Sefardí de Toledo. El museo local conserva otra lápida menos importante, pero igualmente instructiva, hallada en 1950, que estaría en el frontispicio de una fuente pública en alguno de los barrios judíos –parece ser que hubo hasta tres- y que llevaba una inscripción en hebreo, así como un escudo en relieve de las cuatro barras catalanas. En la catedral se expone el retablo de la Virgen de Guerau Gener y Lluis Borrasà, en donde pueden verse varios judíos de la época, además de Moisés con las Tablas de la Ley, acompañado de profetas. Y detrás del coro de ese templo hay un mural del siglo XIV, en el que están representados unos judíos con la vestimenta obligada de la época. El barrio judío parece haber sido identificado en la parte de la ciudad que abarca desde la Puerta de San Antonio, en la muralla de la ciudad, siguiendo por la calle “d’en Granada”, el llamado “Forat Micó”, la “Portella dels jueus”, plaza dels Angeles, que hasta el siglo XVIII se llamó de la Juería, y d’en Talavera extendiéndose por los alrededores de la plaza del Rey, formada en uno de sus lados por el Castillo del Rey y la iglesia de Nazaret. En el centro del barrio había otra plazuela llamada “Plazá de la Juería”. Podría ser que hubiera existido otra judería en la parte alta de la ciudad. Con relación a su Sinagoga, puede destacarse el permiso que el 27 de octubre de 1393 la reina Doña Violante comunicada a la aljama de Tarragona para realizar ciertas reparaciones. Es interesante el visitar la casa del Degá, en la calle Escrivanies Velles, 6, al lado de la plaza de la catedral, en cuyos muros, empotrados bajo sendas ventanas, pueden verse dos lápidas sepulcrales hebreas, que se recogieron en un paraje cerca de la playa del Miracle, donde se cree que estaba el desaparecido cementerio judío. En el Pretorio romano, sede del Museo Arqueológico, se exhibe una lápida hebrea encontrada hacia 1950. Datable a fines del siglo XIV, se trata del frontal de una fuente pública en el barrio judío dedicada a Salomón de Blanes que, además de la leyenda hebrea, presenta dos escudos que contienen en relieve la representación de las cuatro barras. Asimismo se exhibe una lápida judía bilingüe (latín y griego) hallada hacia 1957. En el patio del Museo Diocesano, sito en la iglesia de Santa Tecla la Vella, escenario de los primeros autos de fe de Tarragona, se conservan una lápida hebrea en dos fragmentos procedente de Falset y otra con inscripción judía en latín que presenta en su primera línea tres palmas y dos menorás. En esta ciudad se encontró la que se considera más antigua lápida hebrea de España, la pileta con inscripción trilingue que se exhibe en el Museo Sefardí de Toledo. En la catedral, en un mural del siglo XIV (en la capilla de santa Lucía, detrás del coro) están representados unos judíos con la vestimenta obligada de la época, con la rodela amarilla y encarnada sobre el pecho. Y en el retablo de la virgen, procedente del monasterio de Santes Creus y obra de Guerau Gener y Lluis Borrassá (siglo XV), en un detalle de la predela pueden verse representados judíos catalanes de la época, figurando Moisés con las Tablas de la Ley acompañado de profetas. Fue puerto de embarque para los expulsados de 1492 que marchaban hacia Italia.