Glosario

Alimento milagroso con que D’s alimentó a los israelitas en los cuarenta años de su peregrinación por el desierto. Llegados al desierto de Sin, seis semanas después de la salida de Egipto, comenzaron a murmurar contra Moisés y a quejarse de que no tenían pan ni carne para comer. Entonces el Señor por medio de Moisés y Aarón, les prometió que haría llover para ellos pan del cielo. Este pan o alimento tenían que recogerlo por los campos todos los días, excepto los sábados, y por eso el día anterior debían recoger doble porción. Las órdenes fueron transmitidas al pueblo por medio de Moisés y Aarón. ÉXODO/SHEMOT XVI, 2-12. Cuando algunos hastiados del maná, murmuraron de nuevo y desearon carne, el Señor les envió codornices, pero castigó con la muerte a los que dejaron llevar de su deseo. Al día siguiente de la predicción de Moisés aparecido cubierta la tierra de una especie de rocío, sorprendidos de verlo los israelitas preguntaban: ¿man hu?, ¿que es esto?, y Moisés les respondió “Este es el pan que os manda D’s para vuestro sustento”. De la pregunta de los israelitas quedó por corrupción la palabra MANÁ. El maná ofrecía el aspecto de pequeñas escamas semejantes a la escarcha y blanco como ella; en su magnitud era como una semilla de coriandro, de unos 5 milímetros de diámetro (ÉXODO/SHEMOT XVI, 14. 15. 31); por su transparencia y consistencia era semejante al bedelio (NÚMEROS/BAMIDBAR XI, 6), especie de goma aromática de color rojizo, pero clara y transparente, como la cera. El gusto del maná es comparado al de tortas con miel (ÉXODO/SHEMOT XVI, 31) y al de tortas con aceite (NÚMEROS/BAMIDBAR XI, 8). El libro de la Sabiduría le llama manjar de ángeles y pan bajado del cielo, y que tenía en sí todo deleite y toda suavidad de gusto, según la voluntad de cada uno y que resistía el ardor del fuero, más a los rayos del sol se derretía. Los que lo comían, según Josefo (Ant. III, I, 6) no tenían necesidad de otro alimento, y él fue, por espacio de cuarenta años, el alimento, no ciertamente exclusivo, pero si el ordinario y principal, de los israelitas en el desierto. Según los textos del LEVÍTICO/VAYICRA VI, 9, VII 15-20 y XVII, 3-16, parecen insinuar que algunas veces comían carne, y otros indican que tenían, además, harina (LEVÍTICO/VAYICRA VIII, 2, 25, 31; IX, 4; XXIV, 4; NÚMEROS/BAMIDBAR VII, 13, 25, 31), leche de sus ganados, y al fin de su jornada alimentos comprados a los moradores del desierto. Mas a pesar de todo, el maná era su alimento ordinario, y así se quejaron alguna vez de que no tenían para comer nada más que maná (NÚMEROS/BAMIDBAR XI, 4, 6). El maná se podía probablemente comer en estado natural, como parecer suponerlo Josefo (Ant. Jud. III, I, 6) y la narración del ÉXODO/SHEMOT XVI, 11-23. Pero de ordinario se le preparaba de diversas maneras; se majaba en un mortero, se cocía en vasos y se hacían con él tortas de sabor parecido al de tortas con aceite (NÚMEROS/BAMIDBAR XI, 7-8).
Viernes, 26 de abril de 2024 -

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