Expresión procedente del árabe, que tiene el significado de "reunión", equivalente al "universitas" o "concejo", refiriéndose no al espacio físico sino a la estructura humana. La aljama es, ante todo, una comunidad de creyentes que reza y que sigue las directrices emanadas de la Ley. Designa los barrios habitados por los judíos o árabes, normalmente cerrados o cercados por murallas y con puertas que se habrían y cerraban todos los días a una hora determinada. También era el tributo de 30 dinares que imponían los reyes de Castilla a los judíos y moros residentes en sus Estados. Esta cuota se recargó con otras contribuciones y se destinaba al sostenimiento de la casa real, y en algunas comarcas a las rentas episcopales. También se dio este nombre a las comunidades de judíos o moros que, en todo o en parte conservaban su culto y leyes en España. La práctica misma del judaísmo exige a las familias agruparse en las proximidades de un lugar de oración y de otras instituciones comunitarias que le son imprescindibles. Por medio del hezkat hahishub, la comunidad descubrió un medio para preservarse, dando o no a través del veto,  derecho de residencia, a cada uno de los recién llegados que solicitaban su instalación. FUENTE: [1] 90A00; [2] 90A86.