Glosario

Es un magnífico reflejo de la tradición rabínica española, localizada en los Archivos de la Casa de Alba, en el Palacio de la calle Princesa de Madrid. En su Archivo se conserva un códice de 515 hojas de vitela en folio de 505 por 288 mm., escrito a dos columnas, en letras del siglo XV, ilustrada con verdadera profusión de láminas, capitales, orlas y dibujos en colores y negro. Contiene sólo los libros del llamado “Antiguo Testamento”, dispuestos, no según el orden de la Vulgata, sino según el canon judío; acompañan la versión preciosas glosas de sumo interés bíblico por ser un monumento de las tradiciones rabínicas de la interpretación de la Biblia. El maestre de Calatrava Luís de Guzmán, el 5 de Abril de 1422 pidió a un vasallo suyo, Rabí Mosé Arragel, de Guadalfajara (Guadalajara) le hiciera “una Biblia en romance glosada e historiada”, obra que fue terminada el 2 de Julio de 1430. Después de diversas vicisitudes del códice, el duque de Berwick y de Alba encargó a su archivero, Antonio Paz y Meliá, la transcripción paleográfica de dicho manuscrito para que, precedido de la conveniente introducción, fuera dado a la luz pública, cual convenía tanto a la importancia del mismo como a la munificencia de la Casa. La edición es en dos tomos de 42,5 por 29,5 cm., elegantemente encuadernados al estilo mudéjar del Misal Toledano de la Biblioteca Nacional. El título de la edición es “Biblia (Antiguo Testamento) traducida del hebreo al castellano por Rabí Mosé Arragel de Gudalfajara (1422.1433?) y publicada por el Duque de Berwick y de Alba - Madrid, Imprenta artística MCMXX-MCMXXII. (Ver R. Galdos, S.J., La Biblia de la Casa de Alba en Razón y Fe (73 - 1925. 3, 223-236 (con tres láminas en colores). Los manuscritos conservados especialmente en la Biblioteca del Escorial revelan la difusión de la Sagrada Escritura antes del siglo XVI. Los bibliógrafos describen la llamada Biblia del cardenal Quiroga, la cual dicho purpurado dono al rey Felipe II. Contiene sólo el Antiguo Testamento y se cree que era debida a un judío convertido, aunque el orden en que están distribuidos los libros no es el palestinense, sino el de la Vulgata. En la misma Biblioteca de El Escorial se conserva un ejemplar de la Biblia traducida al español que se ha creído si la había encargado el rey Alfonso V de Aragón. El manuscrito que nos lo ha conservado está mutilado desde el principio hasta los Proverbios, siendo de este lugar en adelante del todo completo. Otro ejemplar, traducido en romance castellano, existe en la misma Biblioteca del Escorial, muy incompleto, del cual sólo se conserva desde el capítulo VII del LEVÍTICO / VAYICRA hasta el Libro IV de los Reyes. Hasta el siglo XVIII se custodió en la biblioteca del Escorial la Biblia de Martín de Lucena, apellidado el Macabeo, judío convertido, buen conocedor de las lenguas latinas y griega, el cual ejecutó su traducción a ruegos de Iñigo López de Mendoza, el conocido Marqués de Santillana. Isaac Abarbanel, que después del Decreto de 1492 salió de España, tradujo del hebreo el DEUTERONOMIO / DEVARIM, Josué, Los Jueces, Los Reyes, Los Profetas Mayores y Menores, según noticias de R. de Castro. Otro judío zamorano, también incurso en el Decreto del destierro, Isaac Haraman ben Moseh, había traducido y comentado en español, Esther, Rut, el Eclesiástico, el Cantar de los Cantares, las Lamentaciones de Jeremías; todo lo cual parece haber quedado inédito. Con el nombre de Biblia de Ferrara o Biblia de los judíos es conocida una versión de los Libros Sagrados hecha por los judíos Duarte Pinel, llamado Jom Tob Athias y Jerónimo de Vargas, llamado también Abraham Udque; y patrocinada por el duque Hércules II de Ferrara, en cuya ciudad italiana se publicó el 16 de Adar de 5313 (1 de Marzo de 1553), con el título de Biblia en lengua española traduzida palabra por palabra de la verdad hebraica por muy excelentes letrados. El Pentateuco fue traducido por el rabino Manassés ben Israel y publicada en Ámsterdam en 1627 y 1655; en 1695 y en la misma ciudad por José Franco Serrano, profesor de teología en la sinagoga; como también en 1705 por el rabino Isaac de Córdova. Los Salmos tuvieron la traducción versificada de un tal Juan Le Quesne; en 1625 la anónima de Ámsterdam; el año siguiente (1626), la de David Abenatar Melo, editada en Francfort; en Ámsterdam, en 1650, la de los rabinos Efraín bueno y Jonás Abravanel; también en Ámsterdam, otra del rabino leones Jacob Jehudá; y de nuevo en la misma ciudad de Ámsterdam, en 1720, la traducción en verso del rabino Daniel López-Laguna. La versión del Cantar de los Cantares, traducido hacia el año 1631 por David Cohen Carlos, se conserva inédita en La Haya. El mismo Cantar fue publicado en edición hebreo, latín y español, en Ámsterdam en 1766, debida la traducción al rabino Moisés Belmonte. Con la denominación rabínica Conjeturas sagradas sobre los Prophetas primeros, el rabino Isaac de Acosta publicó en Leyden (1732) la traducción de los libros de Josué, Jueces y Reyes. Dedicados al cardenal Richelieu en Ruán (1627), el portugués Juan Pinto Delgado dio a luz los libros hagiográficos Ester, Rut y las Lamentaciones de Jeremías. Bilingüe, hebreo y español, en 1569 en Estrasburgo, apareció la edición de Isaías y Jeremías.
Sábado, 27 de abril de 2024 -

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