En esta ciudad andaluza vivió durante cierto tiempo el principal hombre de Estado judío en el siglo IX, Samuel HaNaguid, huyendo de las persecuciones antijudías en Córdoba, su ciudad natal, convirtiéndose en un modesto tendero Pero pronto se apreciaron sus extraordinarias cualidades, y llegó a ser visir del califa de Granada, que durante 30 años condujo la política interna y exterior de ese reino moro y que era, además, un erudito rabínico y gran defensor de su pueblo. Cuando fue conquistada por los Reyes Católicos en 1487, los 400 judíos que tenía la ciudad fueron considerados como cautivos, y su rescate fue abonado por todas las juderías de España. Actualmente, en la ruta que conduce monte arriba a la alcazaba, de esa importante ciudad andaluza, se puede contemplar un busto del famoso poeta y filósofo hebreo medieval Shlomó Ibn Gabirol, conocido también como Avicebron. Fue ciudad de dos arrabales y tenía una judería separada de los árabes por un sector con dos accesos, uno en cada extremo. Se supone que el barrio judío estaría probablemente en la parte oriental de la ciudad, pues el cementerio israelita se extendía por las laderas de Gibralfaro y la actual calle de la Alcazabilla, así como la que era calle Real, ahora denominada Granada, incluyendo las de Santiago, que en tiempos de los reyes católicos, se llamó Barrionuevo, Zegrí y Postigo de San Agustín. En los jardines llamados de la Alcazabilla, delante de la estrechísima calle del Postigo de San Agustín, donde suele situarse la Sinagoga, se erigió hace años un monumento a Salomón ibn Gabirol, como homenaje de la ciudad. Justo enfrente, en el declive del cerro en que se asienta la Alcazaba, estaba el cementerio judío. Sin duda poseyeron una o varias sinagogas los cuatrocientos judíos que poblaban dicho barrio, cuanto en 1487 conquistaron la ciudad de los reyes católicos.