El call oscense habría sido creado en el siglo XII, aunque es posible que desde mucho antes ya había judíos en esa ciudad aragonesa. De cualquier modo, se tiene noticia que contaba con tres sinagogas, y más de cien casas habitadas por judíos. Sobresalía por haber sido centro de cultura judía y albergar una escuela talmúdica. Aunque se considerada exagerada la pretensión de un historiador al afirmar que poco antes de la Expulsión habría en Huesca unos 13.000 judíos, lo evidente es que tenía una numerosa judería, que en gran parte se dedicaba a la fabricación de textiles. Su aljama se extendía al Suroeste de la ciudad, entre el muro pétreo y el de tierra, desde la puerta de Ramian hasta las fuentes, entonces denominadas de la judería. En torno de él surgieron durante los siglos XII y XIII nuevas edificaciones que formaron los barrios de Sigena y de la Marquesa de Fraga, habitados por cristianos. Al Suroeste de la judería alzaba sus muros la iglesia de San Ciprián, perteneciente al monasterio de San Juan de la Peña. En el centro del barrio había una pequeña plaza, denominada en los documentos plazuela de la judería, en la que convergían varias calles: la de los sederos, de los argenteros, el camino de las fuentes, etc. Tres sinagogas hubo durante el siglo XV en este barrio judío y en derredor de ellas hasta un centenar de viviendas, que todavía en tiempo del historiador oscense Francisco Diego de Ainsa presentaban su primitivo aspecto. Cerca de la actual avenida de Joaquín Costa. La Sinagoga mayor, estaba situada no lejos de la actual calle del Coso, en la calle de San Jorge, frente al Hotel Pedro I, así lo deduce del Arco de la venta de unas casas, realizada por Salomón Xuen en 10 de mayo de 1482, “en la judería, çerca la tallada”, que lindaban “con casas de Astruch Cazes, con casas de Acach Levi Farizano, con la sinoga mayor e con carrera pública del Cosso”. De la Sinagoga mediana nos da noticia un documento de 22 de septiembre de 1456 que se refiere a unas “casas situadas en la judería y que confrontaban con casas e guerto de Salomon Ampinaz, e con la sinago mediana, e con bia publica”. La Sinagoga menor lindaba con el barrio de los albarderos judíos y hallábase próxima a la mencionada iglesia de San Ciprián. El 23 de julio de 1492 y convocada por los comisarios de la expulsión, se reunió la aljama en la sinagoga mayor, y “atendiendo a lo ordenado en el edicto de expulsión y considerando que estaba obligada al pago de numerosos censos, confirió a Samuel Exuen, mayor, Samuel Abingaston, ambos adelantados, Exmel Abendant y Jaime Carnoy, notario de Zaragoza, poderes bastantes para resolver la forma de pagar aquellas deudas, poniendo a su disposición los bienes de la aljama y de sus individuos”. Se ignora lo que pasó con las sinagogas menores, en cuanto a la mayor, según acto testificado por Jaime Capilla, habría correspondido “a la familia de los Sangüesa, censalistas de los judíos”. M. Serrano y Sanz en sus Notas acerca de los judíos aragoneses en los siglos XIV y XV recoge la noticia de que el 5 de septiembre de 1493 “el rey concede a treudo, a Bartolomé de Azlor, unas casas en Huesca “clamadas la sinoga mayor”. Los demás bienes de los judíos fueron adjudicados a Vicente de Bordalba, procurador de Gabriel Sánchez, por Real Cédula de 26 de junio de 1493. El cronista Juan Francisco Andrés de Uztarroz en su Monumento a los santos mártires Justo y Pastor en la ciudad de Huesca (1644, pág. 61) refiere que las reliquias de ambos santos se colocaron en la iglesia de San Pedro el Viejo en un nicho de la capilla de su nombre “embueltos en cendales, en un arca de nogal antiquissima y muy fuerte, i según entonces se tenia por cierto, fue donde los judios guardaban el Talmud, i otros papeles de su lei...”. Y añade que el acta media dos varas y media de longitud por una de latitud, y estaba labrada por la parte superior, y se refería que en la época en que los judíos vivían en España fue “Archivo del Talmud i papeles de la sinagoga” de Huesca.