Escritor judío de Girona (Catalunya / España), hijo de Bar Rajman, fallecido en Judea (Eretz Israel), en el año 1300. Era considerado como el primero entre los judíos cabalistas. Comentó el Pentateuco y el Libo de Job. Escribió sobre materias cabalísticas, de moral y de controversia. Su obra mas celebrada es la Bius al Hattarah (Venecia / Italia, 1545). Fue, dice Amador de los Ríos “uno de los más respetados doctores de la renombrada aljama gerundense”. Los doctores cristianos “le elegían por el más sabio para medir con él sus armas en la controversia”. Al mediar el mes de Julio de 1263 el rey don Jaime I le llamó a Barcelona para disputar con Pablo Cristiano, neófito converso, sobre arduos puntos de discordia entre cristianos y judíos. Rajman sostuvo esta controversia en cinco secciones, presididas por el monarca aragonés y con asistencia de muchos barones, prelados, religiosos y caballeros. “Lucharon los dos adversarios, escribe Tourtoulon, con argumentos que en general acreditaban más la sutileza de su ingenio que la fuerza de su dialéctica.” Duramente hostigado el judío por fray Pablo, veíase reducido al silencio, lo que atraía las burlas e insultos de los cristianos. Al fin, prometió al rey y a otras muchas personas contestar a cuanto se le preguntara respecto de su fe y de su ley, ante más reducido auditorio; pero concedida la tregua y ausente el monarca de la ciudad, abandonó secretamente Barcelona. Sin embargo, él mismo asegura en su Disputatio Nachmanis, publicada por Wagenseff, que obtuvo permiso de don Jaime para volver a Gerona, con ayuda de costas de 100 escudos de oro. Las consecuencias de esta lucha fueron pronto conocidas: el rey mandó recoger y quemar públicamente, por blasfemos, los celebrados libros compuestos por Maimónides con el título de Sophrim, ordenó que fuesen borradas de los libros Talmudicos todas las frases y palabras tenidas por blasfemas, y autorizó a fray Pablo para entrar a predicar en las Sinagogas y en las casas de los judíos, imponiendo a éstos la obligación de oírle, responderle y facilitarle las obras que dijese necesitar para vencer su contumacia. Villanueva publicó dicha controversia, extractada del Cartulario de la Curia episcopal de Gerona.