Célebre Talmudista de Keiruán (Túnez) que vivió en el siglo XI. Recibió de su padre Jacob su primera educación y luego fue discípulo de Hushiel ben Elhanau, uno de los cuatro sabios que la comunidad de Gora mandó en busca de los subsidios de las grandes congregaciones judaicas del extranjero para evitar la ruina de aquella escuela; cuyos orígenes se remontaban hasta los primeros compiladores del Talmud; sabido es que la nave en que iban los cuatro Talmudista Fue apresada por el almirante Ibn Komalús, y que uno de los compañeros de Hashiel, Rabbí Moséh, fue a parar a Córdoba (Andalucía / España), iniciándose con él la inmortal época del florecimiento de la cultura hebrea en Sefarad, aunque con menos trascendencia, y Nissim Fue su sucesor; éste estuvo en correspondencia con Hai Gaón de Pumbedita (Babilonia, hoy Irak), hijo del sabio y severo historiador de la tradición Talmúdica, Serira; y su misión al poner en relación a Samuel Ha-Levi Ha-Naguid (ibn Nagrela), visir del rey de Granada, con el Gaón, es de gran importancia por lo que se refiere a la cultura Talmúdica de Sefarad; por intermedio del Rabino de Kairuán llegaron a conocimiento de Samuel multitud de cuestiones referentes a la Halakah, tal como eran enseñadas y disputadas en las escuelas de oriente; y tal vez debido a esta amistad más tarde con ocasión del asesinato de Hai, sus dos hijos vinieron a buscar amparo y protección en el gran sabio andaluz; finalmente, el hijo de Samuel, Josef, visir del rey granadino Badis, contrajo matrimonio con la hija de Nissim. Su método Talmudico está manifestado principalmente en su obra Clave Talmúdica, escrita en jerga de árabe y hebreo. En ella patentiza una erudición extraordinaria; el Rollo secreto, publicado por sus discípulos, de la cual no conocemos sino escasos fragmentos; una colección de cuentos escrita primeramente en árabe (el manuscrito árabe lo descubrió Harkavy), de la cual existen dos recensiones hebreas; las narraciones se basan en la literatura Talmúdica. Además compuso otras obras de las que no sabemos más que los títulos con que aparecen citadas en la literatura posterior: un comentario al Pentateuco, otra titulada Hilhot Lubab, al parecer una refutación de la doctrina de los caraítas; y, finalmente un Siddur ha-Fefilleh, de autenticidad dudosa.