Término aplicado a la ciencia cuando tiende a convertirse en una ideología que lo abarca todo e intenta tratar áreas de la vida que están fuera de sus propios parámetros de medida, predicción y control. Cuando abarca a temas que tienen que ver con el temor reverencial, la imaginación, la belleza, la bondad y la verdad, y se considera que tiene respuesta a los problemas de angustia, sufrimiento y mortalidad, se dice que la ciencia se ha deslizado hacia el cientificismo, sugiriéndose que ha sobrepasado sus propios asuntos y se ha convertido en una cuasirreligion. Nuevas tendencias en la filosofía de la ciencia han cuestionado algunos de los supuestos científicos del positivismo, a saber: que existe un mundo externo que puede ser plenamente explicado en lenguaje científico, que el lenguaje se mantiene en relación de correspondencia con los hechos; los hechos pueden ser plenamente descubiertos mediante observación y experimentación; la observación y la experimentación están basadas en lo que nuestros sentidos pueden revelar; las teorías científicas se elaboran mediante la acumulación de más datos; estas teorías son objetivas y no dependen de predilecciones personales, y el conocimiento científico resultante es conocimiento demostrado del mundo tal como es objetivamente. El reciente pensamiento científico sobre física subatómica, teoría de los sistemas, teoría del caos y demás, ha sugerido que la verdad científica es más compleja, sutil, multifacética e integral que eso, y que las antiguas certezas del cientificismo eran demasiado simplistas. El camino está abierto a que las intuiciones de la ciencia y de la religión sean consideradas como complementarias.