Glosario

Después de los trabajos de Orígenes, es ésta la Biblia más antigua. Debido a la iniciativa y a la magnificencia del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, arzobispo de Toledo y regente del reino, quien, según parece, concibió el plan de tan grandiosa obra en Toledo en 1502. Compró manuscritos hebreos, reunió diversos manuscritos griegos y latinos y confió el trabajo a filólogos profesores de la Universidad de Alcalá, tales como Antonio de Nebrija, Demetrio Ducas, Juan de Vergara, López de Zúñiga, Núñez de Guzmán, a los que asoció tres judíos conversos: Alfonso de Alcalá, Pablo Coronel y Alfonso de Zamora. Se imprimió en la imprenta de Arnoldo Guillermo de Brocario. El primer tomo (el quinto de la obra) salió en Enero de 1514; después salió el sexto en Mayo del mismo año y, en fin, los oros cuatro (primero al cuarto), y así, la obra vino a quedar terminada el 10 de Julio de 1517, cuatro meses antes de la muerte del cardenal, que fue el 8 de Noviembre de 1517. Con todo, la obra no se puso en venta sino en 1520, después que el sumo pontífice León X, a quien estaba dedicada, la aprobó con Breve del 22 de Marzo del mismo año. Se hicieron de ella tan solo 600 ejemplares, que se vendían a 6 ducados y medio, a pesar de que los gastos de toda obra fueron de más de 50.000 ducados. Para el texto hebreo compró el cardenal manuscritos hebreos, procedentes, a lo que parece, de las Sinagogas de Toledo y de Maqueda; cinco de ellos no contienen más que el Pentateuco con comentarios algo defectuosos y corregidos por Zamora; los otros dos, en pergamino, contienen toda la Biblia y pertenecieron al Colegio de San Ildefonso de Alcalá; el uno del siglo XIII, y fue comprado en Toledo en 5040 (1280 DEC) por dos médicos judíos; el otro fue transcrito en Tarazona el año 5242 (1482 DEC). La políglota de Alcalá consta de seis tomos, el primero, después de varios prólogos y tratados, contiene el texto del Pentateuco. La parte superior de la página trae, en tres columnas, el texto hebreo puntuado, el texto latino de la Vulgata y el griego de los Setenta acentuado. El griego de los Setenta tiene, además, una versión latina interlineal. La parte inferior de la página trae en dos columnas el texto caldeo puntuado del Tárgum de Onkelos y la versión latina de este texto. El tomo segundo contiene desde el libro de Josué hasta los Paralipómenos inclusive. No trae los targums, sino solamente los tres textos hebreo, latino de la Vulgata y griego de los Setenta, dispuestos en tres columnas como en el tomo anterior. Esta misma disposición se guarda en los otros dos tomos; El tomo tercero, contiene los dos libros de Esdras, Tobías, Judit, Ester, Job, el Salterio, los Proverbios, El Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría y el Eclesiástico. En el Salterio la versión vulgata o el Psalterium gallicanum es la versión interlineal de los Setenta, y la columna del centro la ocupa el Salterio hebraico traducido al latín por san Jerónimo. En los libros deuterocanónicos, aunque falta el texto hebreo, guardase, con todo, la división en tres columnas, y la versión en los otros libros interlineal de los Setenta ocupa en éstos el lugar del texto hebreo. En fin, el cuarto tomo contiene los libros de los Profetas y los tres libros de los Macabeos. Para el tercero de estos libros no hay más que dos columnas, una con el texto griego y otra con la versión latina. El quinto tomo contiene los libros del llamado Nuevo Testamento. Además de varios prólogos y un argumento que preceden a los Evangelios, sigue el texto de estos grecolatinos, y luego varios tratados griegos que sirven de introducción a las Epístolas de san Pablo. Luego, en la misma forma, las Epístolas de San Pablo, los Hechos, las Epístolas católicas y el Apocalipsis. De los estudios realizados acerca del texto griego del llamado Nuevo Testamento resulta que la edición Complutense o editio princeps, debe considerarse como una de las más excelentes de los siglos XVI y XVII. Termina este tomo con una lista de nombres propios, una gramática griega y un breve diccionario grecolatino, que tiene la gloria de ser el primer Lexicon graecum NT. Por último, el tomo sexto contiene un extenso Diccionario hebreolatino y otro brevisimo latinohebreo (que erróneamente se venía atribuyendo a Alfonso de Zamora, siendo en realidad obra de Pablo coronel), y una gramática hebrea, compuesta por Alfonso de Zamora.
Viernes, 29 de marzo de 2024 -

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