Glosario

Cuando la Inquisición llegaba a una localidad, el primer paso era el "edicto de gracia". Tras la misma del domingo, el inquisidor procedía a leer el edicto, en el que se explicaban las posibles herejías y se animaba a todos los feligreses a acudir a los tribunales de la Inquisición para descargas sus conciencias. Le denominaban "edictos de gracia" porque a todos los autoinculpados que se presentasen dentro de un "período de gracia" (aproximadamente, un mes), se les ofrecía la posibilidad de reconciliarse con la Inglesia sin castigos severos. La promesa de benevolencia resultaba eficaz, y eran muchos los que se presentaban voluntariamente ante la Inquisición. La autoinculpación no sera suficiente: se hacía necesario también acusar a todos los cómplices, con lo cual la Inquisición contaba con gran cantidad de informantes. Con el tiempo, los "edictos de gracia" fueron sustituidos por los "edictos de fe", suprimiéndose la posibilidad de reconciliación voluntaria. Las delaciones eran anónimas, y el acusado no tenía ninguna posibilidad de conocer la identidad de sus acusadores. Este era uno de los puntos más criticados por los que se oponian a la Inquisición, ya que posibilitaba las denuncias falsas por razón de envidia o rencores personales, o incluso por motivos sin fundamento. La Inquisición estimulaba el miedo y la desconfianza entre vecinos, e incluos no eran raras las denuncias entre familiares.

Sábado, 20 de abril de 2024 -

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