Nombre recibido por los descendientes de los judíos de Fez (Marruecos), que en el siglo XV, se convirtieron en musulmanes. Su prosperidad comercial era notable, así como la desconfianza de sus vecinos, que les acusaban de ser criptojudíos, llegándose a decir que llevaban escrito el nombre de Allah, en las suelas de los zapatos para poder pisotearlo al andar.