Como cargo público (funcionario), estaba pensionado por la aljama y ésta le facilitaba, en algunos casos la alimentación, y en todos el alojamiento. No servía solamente a la comunidad en la Sinagoga, era el responsable del orden que allí debía reinar, teniendo que estar, sobre todo, a disposición de los dirigentes de la comunidad y, si el caso se presentaba, del tribunal rabínico del que era ujier y mensajero.