Glosario

Miembros de un pueblo judío procedente de Etiopía, del cual se ignora su origen. Una de las tradiciones falashas afirma que la huella de sus ancestros hay que buscarla en Menelik, hijo del rey Salomón de Israel y de la reina de Saba. Algunos estudiosos han fijado su origen en una fecha anterior al siglo II a.C., ante todo porque los falashas no están emparentados ni con el Talmud babilónico ni con el palestino. La Biblia de los falashas está escrita en un dialecto semita arcaico, conocido como ge’ez (o etíope clásico), y les son absolutamente desconocidas las Escrituras hebreas. El nombre falasha significa ‘exiliados’ o ‘aquellos sin tierras’, en lengua amárica. Los falashas se refieren a ellos mismos utilizando el nombre de Beta Esrael (Casa de Israel). La religión de los falashas es una variante modificada del judaísmo mosaico, que en general no sufrió alteraciones a pesar del desarrollo posbíblico. Los falashas practican aún el rito de los sacrificios de animales. Celebran los días de fiesta bíblicos y los no bíblicos, a pesar de que estos últimos no son los mismos que celebran otras comunidades de judíos. Por ejemplo, uno de los días de fiesta no bíblico para ellos es el de la conmemoración de Abraham. Las regulaciones del shabat son muy severas. Mantienen las leyes bíblicas referentes a las comidas, pero no hacen caso de las reglamentaciones posbíblicas impuestas por los rabinos, en las que no se permite el consumo conjunto de carne y productos lácteos. Está prohibido casarse con alguien que no pertenezca a la comunidad. Practican la monogamía, es poco frecuente que se celebren matrimonios entre contrayentes de temprana edad y mantienen niveles de moralidad muy altos. El eje de su vida religiosa es el masjid o la sinagoga. El jefe de cada pueblo es el sumo sacerdote, el cual recibe la ayuda de los sacerdotes de menor rango. Los monjes viven solos o en monasterios, alejados de otros falashas. Entre ellos no existen los rabinos. La historia indica que los falashas vivían dentro de pueblos cristianos o musulmanes de la región norte del lago Tana, pero habitaban villas o barrios separados. Eran muy hábiles en actividades relacionadas con la agricultura, la albañilería, la cerámica, el trabajo con metales y los tejidos. Bajo el gobierno de Hailé Selassié I, algunos falashas llegaron a desempeñar importantes cargos dentro del sistema educativo y del gobierno etíope, pero después de la expulsión del emperador en 1974, fueron víctimas de fuertes persecuciones. Más de 12.000 falashas fueron rescatados en avión por Israel a finales de 1984 y a principios de 1985, hasta que el gobierno etíope detuvo la emigración. Su marcha a Israel se reanudó en 1989, y cerca de 3.500 falashas emigraron en 1990. De hecho, la mayoría de los 14.000 falashas que permanecieron en Etiopía, fueron evacuados en mayo de 1991 por el gobierno israelí.

Viernes, 19 de abril de 2024 -

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