Localidades

Según el Concilio de Elvira (303-309 EC), ya en esas fechas existía una judería en dicha villa. La primera mención expresa de hebreos en dicha ciudad data del año 1.144. Experimentando un notable crecimiento en el siglo XIII. La judería abulense experimentó en el siglo XIII un notable crecimiento.  Antes del siglo XV los judíos vivían mezclados con el resto de la población, distribuidos por toda la ciudad, aunque la mayoría vivía en el Yuradero, espacio cercano a la iglesia de San Vicente. Se pueden localizar las dos pequeñas juderías en extremos opuestos del recinto amurallado: una junto a la Puerta de San Vicente entre ésta y la del Mariscal, que mira derechamente al célebre monasterio de S. M. de la Encarnación, construido sobre el antiguo cementerio hebreo, que se inauguró sin haberse concluido la obra, el día 4 de abril de 1515; la otra, en la calle Pocillo, número 2 (Plazuela de Santo Domingo), entre la Puerta de la Mala Dicha y la Puente. La Sinagoga se encontraba en la calle de Lomo o del Lomo, hoy de Esteban Domingo, que se dirige de la plaza de la Constitución hacia la puerta de San Vicente. En 1494 el inquisidor general, el fraile dominico Tomás de Torquemada, urgía a los reyes católicos Fernando e Isabel, a utilizar el antiguo cementerio judío de Ávila para construir un nuevo convento, que llevaría el nombre de Santo Tomás. En Santa Teresa de Jesús. Obras completas (Ediciones BAC, Madrid, 1951, página 338), refiriéndose al 8 de julio de 1485, se escribe: “con relación de que nuevamente se había erigido una nueva iglesia y casa de oración, intitulada Santa María de la Encarnación, que su ilustrísima [el obispo Alonso de Fonseca] había bendecido, anexionó a ella la iglesia de Todos los Santos, que primero fue sinagoga de los judíos, por estar junto a la dicha casa”. Había sido Sinagoga hasta el año 1476 en que pasó a ser la dicha iglesia y luego se derribó. De marzo de 1486 conocemos Incitatoria a petición de Isaque Bechado, judío, vecino de Ávila, sobre ciertas obras que ilegalmente ha hecho en su casa Mosé Camaño, en perjuicio del primero y de otros judíos de la sinagoga. Monasterio de la Encarnación: El convento fundado en 1479 bajo la advocación de Santa María de la Encarnación se trasladó en 1513 a unos terrenos situados a las afueras de la ciudad, sobre el antiguo cementerio judío. El nuevo convento se inauguró, sin haber concluido las obras, el 4 de Abril de 1515, mientras Sana Teresa era bautizada en la iglesia de San Juan. El edificio quedó configurado con cuatro naves de dos plantas cerrando un patio central con claustro de dos plantas. La construcción fue muy humilde: paredes exteriores de tabiquería, muros de adobe, techos de pino y pisos de baldosa: la obra principal fue solamente el cascarón, ocupándose cada monja de costear su propia celda. La celda que ocupó la madre Teresa fue destinada a finales del XVI a oratorio, realizándose dos siglos más tarde una capilla. Es también en el siglo XVIII cuando se reforma la iglesia. En este convento ingresó Teresa en 1535 para ejercer una ejemplar vida religiosa. Aquí fue monja durante 27 años, preparó la reforma de la orden y de aquí partió para fundar su primera obra de la reforma, el convento de San José de Ávila. Volvió tres años como priora y recibió a personajes de la talla de San Juan de la Cruz (que ejerció aquí cinco años de confesor), San Pedro de Alcántara o San Francisco de Borja. Es interesante recrearse en las huellas de la Santa en el lugar y revivir con asombrosa precisión episodios de su obra "Camino de Perfección", por cada estancia como el Locutorio de La Santísima Trinidad, el Comulgatorio, la Biblioteca, la Capilla de la Transverberación o su propia celda. Fue el lugar donde tuvo más experiencias místicas. Este marco tan sencillo como fascinante abstrae a peregrinos y visitantes. En Ávila residió durante bastantes años el célebre cabalista Moisés de León a expensas de Yuçaf de Ávila, personaje influyente en la corte del rey Sancho IV.
Viernes, 29 de marzo de 2024 -

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