Es fácilmente localizable, ya que todavía se mantiene en pie, el torreón que flanquea la puerta de la judería y que se conoce como Torre de los Castejones, que tiene a su izquierda la puerta judía, y la puerta nueva, a la derecha; así como dos postigos que cerraban el paso, uno en la calle Vicente Tuor, junto a la plaza mayor, conocido popularmente como “arco de la Sinagoga”, y otro en la confluencia de las calles Sebastián Logroño y Esopo. La judería estaba del lado de la Muela, junto a la morería, en la parte oriental de la villa y a la derecha del río Queiles. Existe una ruina, mirada siempre como Sinagoga, aunque sin documentar, constituida por una nave de mampostería con entrepaños de ladrillo, conservando un ábside semicircular románico con rebanco alto de la primera mitad o mediados del siglo XII, mutilado y desnudo, con alera de nacela carente de capiteles, canecillos ni cosa alguna de escultura. Todo el edificio se cimienta sobre un alto bloque de roca viva. Los investigadores no se acaban de creer que sea una antigua sinagoga, sobre todo por ser una construcción de estilo románico. En el Archivo Municipal se conserva un fragmento en cuero de un Rollo de la Ley (Séfer Toráh – Levítico), que perteneció a la comunidad judía local. En la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, en un nicho del muro sobre un retablo de San Vicente, puede verse una figura sentada que representa a un zapatero judío, en recuerdo, al parecer, de un supuesto milagro.