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Vidin. Ciudad capital de la provincia del mismo nombre, en Bulgaria, sita a 151 kilómetros., NNO. de Sofía, en la margen derecha del río Danubio, que lo separa de la frontera con Rumanía, frente a la rumana Calafat o Calafatu, junto a la confluencia del Topoloviza, a 34 metros sobre el nivel del Danubio. En 1926 tenía 19.000 habitantes, la mayoría búlgaros, con algunos miles de turcos y de judíos. Se levanta en la alta ribera del Danubio y en la depresión del Topoloviza, en medio de una llanura pantanosa, con fuertes calores en verano y rigurosos fríos en invierno. Para Sefarad tiene Vidin particular interés, porque la comunidad judía que allí existió durante muchos años fue de origen español, como otras varias de los Balcanes. Esta comunidad, probablemente databa de 1492, pues en el transcurso de ese mismo año llegaron ya los primeros emigrados por Salónica, Uskub y Sofía. Estos judíos encontraron allí una antiquísima comunidad judeo bizantina y también judíos de origen búlgaro, alemán y húngaro. La comunidad judeoespañola de Vidin solo es mencionada de una manera expresa en 1560; siendo de más elevada cultura, muy pronto se asimiló e incorporó a los otros judíos, y a finales del siglo XVI la españolización estaba consolidada. Los judíos de Vidin fueron dispersados en 1596, cuando la toma de la ciudad por los valacos, que destruyeron las dos sinagogas (española y húngaro alemana; mostraban gran habilidad en el comercio, conocían varios idiomas y frecuentaban los grandes centros comerciales de Bucarest, Sofía y Salónica; tuvieron que sufrir las consecuencias desastrosas de continuas guerras y fueron una vez mas dispersados en 1688 a raíz de la invasión austriaca. Osman Pazvantoglu cuando la rebelión contra el califa-sultán, tomó a dos judíos a su servicio: un médico y un administrador de los bienes de su bajalato. Hacia la mitad del siglo XIX la comunidad modernizó sus instituciones escolares gracias al apoyo de la Alianza Israelita de París. Entre los autores judíos originarios de Vidin, dos de ellos han escrito en español con caracteres rabínicos, el rabí Salomón Cohen, autor de Heshek Shelomo (solo está en hebreo el título), traducción del Eclesiastés con comentario (impreso en 1885); y Behor Azaria autor del libro didáctico El provecho del meldar (Ruschuk ó russé, 1898); este último fue durante mucho tiempo redactor del diario Hashojar (El Clarín), redactado también en judeo español.
Jueves, 25 de abril de 2024 -

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