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Tortosa. (Baix Ebre – Tarragona – Catalunya / España). Esta ciudad catalana tiene un rico pasado judío. Cuando fue conquistada en diciembre de 1148 por Ramón Berenguer IV, donó a la comunidad un campo para la construcción de sesenta viviendas, así como huertos, viñedos y otros campos de labrantío que habían sido propiedad mora. No es de extrañar, por consiguiente, que en esa época el call de Tortosa figuraba entre los mayores de Cataluña. Como en toda la península, sufrió no poco de los sangrientos pogroms en 1391, y en 1414 se celebro allí la famosa disputa que presidió el propio Papa Benedicto XII, antes Pedro de Luna, nativo de esa ciudad. Su importante call, con las típicas estrechas y tortuosas callejuelas, estaba situado en el barrio de Remolins, al nordeste de la ciudad y a los pies de la Suda, la imponente fortaleza que ahora alberga un Parador de Turismo. Aunque muy transformado, todavía conserva este barrio su viejo entramado de estrechas callejas. La Sinagoga estaba situada en la calle de Jerusalem, delante de las calles Jaume Tió y Benifallet. El resto más conocido es una lápida con un epitafio trilingüe (hebreo, latín y griego) de la joven hebrea Meliosa (siglo VI), que se exhibe en el Museo Municipal, sito en la calle de los Dominicos. En el Casal Tortosí (plaza de sant Joan), se puede ver otra lápida hebrea en un lienzo de la muralla. Las sesiones de la famosa Disputa de Tortosa (1412-1414) convocada por el papa Luna, se celebraron en la sala capitular de la catedral, hoy llamada Aula Mayor (entrada por la calle Taules Velles). Se hizo con el fin de que el judeoconverso Jerónimo de Santa Fe adoctrinara a los rabinos de la Corona de Aragón y convenciera para que adoptasen la religión cristiana. Como la de Tarragona, su judería era de las más antiguas de España. Lugar de nacimiento del poeta y gramático Menahem ben Saruq y del también poeta Salomón Bonafed, los vecinos puertos de la Ampolla y de los Alfacs, constituyeron también puntos de embarque para los expulsados de 1492. Lo que se sabe es que la antigua sinagoga fue confiscada por la ciudad durante la Expulsión y vendida en 1493. Asimismo se dice que el cementerio o Fossar dels jueus estaba no lejos del call, pero no se ha podido precisar el lugar. Las lápidas que allí hubiere habrían sido empleadas, como fue en muchos casos, en la construcción de nuevas casas. Es lamentable que no sólo se haya condenado a los vivos a un terrible destierro, sino también a los muertos, desapareciendo su memoria por completo.
Sábado, 20 de abril de 2024 -

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