Localidades

Palencia. (Castilla y León / España). No deja de ser raro que nada haya quedado de una aljama que figurara entre las más importantes del Reino de Castilla. Fuera de algunas lápidas expuestas en el Museo Provincial, de hecho nada se ha encontrado. Pero existen buenas razones para afirmar que en esa ciudad vivía una de las más numerosos juderías de toda la región, y que los monarcas acordaron un trato muy humano a sus vasallos judíos. Pero cuando el clero local se hacía cargo de ellos, siempre ocurrían abusos e injusticias, y los judíos acudían a los reyes pidiendo su protección. Su judería se remonta al siglo XI, continuando su expansión en los siguientes XII y XIII, aunque, al parecer, sin alcanzar grandes cotas. Los judíos de Palencia vivían diseminados por toda la ciudad, pero preferentemente se les localizaba en las cercanías de la Puerta de Monzón. Guarda sus recuerdos hebreos (lápidas sepulcrales) en el Museo Provincial. El crecimiento máximo de su judería se dio en 1208 bajo la protección del obispo y del cabildo. La Sinagoga estaba emplazada en la hoy calle de San Marcos, llamada antes de la Sinagoga, entre la iglesia de san Miguel y la Catedral. En esta zona surge la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús que era de origen italiano y que celebraba la Circuncisión de Jesús, ya que en el siglo XVI la iglesia católica no permitía la celebración del bautizo del Niño. En la Iglesia de san Miguel es donde en el año 1074 contrajo matrimonio “El Cid” con doña Jimena. Las crónicas locales señalan que durante el siglo XIII esa comunidad fue particularmente próspera, habiendo alcanzado su pico en 1208, y estaba dividida en dos aljamas. Se sabe, por ejemplo, que en 1291 cada judío residente debía abonar en concepto de impuestos 33 maravedíes. Sin embargo, llegaron los días aciagos de 1391, el barrio judío fue asolado por la frenética turba, y todos los hebreos fueron bautizados o ultimados. Una de las principales sinagogas quedó convertida en un hospital, que luego pasó a ser una cárcel y otra en matadero de animales. Los pocos judíos que quedaron posteriormente eran casi todos paupérrimos, obligados a exhibir el denigrante emblema amarillo.
Jueves, 25 de abril de 2024 -

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