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Cascantum, era una de las etapas - mencionadas por Antonino - de la vía romana que unía Tarragona con Astorga. Tito Livio la considero ciudad celtibera cuando fue devastada por Sertonio (76 AEC). Ptolomeo la incluye entre las ciudades vasconas. Acuñó monedas antes y durante la romanización. Fue un centro de vital interés, recordado hoy por los nombres romanos de sus calles y la leyenda de su escudo “Civitas Cascantum Municipium Romanorum”. Yehuda Ha-Levi, en el siglo XI, asombrado por las viñas del Valle del Queiles ensalzó sus frutos: “Las copas desprovistas de vino son despreciables / como lo es un tiesto sobre la tierra, / pero, en cambio, llenas de mosto lozaneán / como lozanea el cuerpo provisto de alma”. / Parece ser que los judíos residentes en esta localidad no contaban con barrio propio, sino que sus casas lindaban con casas de cristianos. Existe la seguridad de que tenían casas junto a la Abadía y en el barrio del Pontarrón. La Sinagoga, que se consagró al culto cristiano, se situaba donde está ahora la iglesia parroquial de la Asunción, en el plaza Nueva, junto al Ayuntamiento, construida en el siglo XVI. La primera referencia documental es de 1119, cuando Tudela fue incorporada al dominio cristiano y la considerable población judía de Cascante pasó al dominio del rey de Pamplona. En tres diferentes épocas la comunidad de ese pueblo, al igual que la vecina Tudela, acogió a familias judías provenientes de al-Andalus (siglo XII), el sur de Francia (primeras décadas del siglo XIV) y Castilla (finales del siglo XIV y comienzos del XV). Situada en el corazón del valle del Ebro, en la frontera entre Navarra y Aragón, Cascante albergaba una comunidad emparentada con las familias de las juderías más próximas de estos otros dos reinos. En 1353 en Cascante había 24 “fuegos” judíos. Cuando el Rey Carlos II ordenó modificar el núcleo urbano dentro de las nuevas murallas, mientras los vecinos de religión musulmana siguieron ocupando un barrio propio, los judíos se confundieron con la población cristiana. Contaban con una sinagoga (transformada en el siglo XVI en la actual parroquia cristiana de la Asunción) y con las demás instituciones habituales (baños, cementerio), y es posible que hubiese existido otra sinagoga, fuera del nuevo reciento amurallado derribada más tarde. Eran principalmente zapateros, tejedores y agricultores, tenían acceso al mercado de la tierra y algunos poseían rebaños; al mismo tiempo, no faltaba tampoco quienes se dedicaran a la actividad crediticia y al comercio regional, llegando a ser habituales arrendatarios de la recaudación de impuestos en la comarca. Los miembros más destacados eran convocados para representar a la comunidad en las decisiones del ayuntamiento. Esta comunidad se había visto libre de las persecuciones anti-judías en 1328 en la Navarra occidental, y todo por el contrario pudo servir de refugio a judíos castellanos y aragoneses que huían de los pogromos desencadenados en aquellos reinos. Ya en 1342 se le reconoció la condición de aljama, separada de la de Tudela., y habría sido la única judería del reino de Navarra que experimentó un crecimiento demográfico durante las primeras décadas del siglo XV: en 1410, de los alrededor de 1.600 habitantes que residían entonces en Cascante, 300 eran judíos. Más tarde, y por diversas razones, se acusa una reducción demográfica. A mediados de siglo, eran entre 150 y 200 judíos (sobre una población reducida a 800 vecinos). En 1496, dos años antes de la expulsión en Navarra, sólo quedaban 9 familias judías en Cascante. En 1498 los monarcas navarros, Juan III Albret y Catalina de Foix, donan la Sinagoga a la villa de Cascante y es allí donde se construye la iglesia mencionada, actual parroquia de la ciudad. En documento de 7 de junio de 1457 suscrito en Tudela, por el rey don Juan y dirigido a Pero Marques de Garinoayn, recibidor de Tudela y la merindad de la Ribera, se le dona al conde de Castro de la pecha de los cristianos y judíos del lugar de Cascante, durante la voluntad real.
Viernes, 19 de abril de 2024 -

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