Localidades

Fue designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1986, por su conservado Centro Histórico, en el que se refleja su historia y cultura. En esta localidad, durante los siglos XIII al XV, existieron dos juderías, la denominada Judería Vieja, conocida actualmente como Barrio de San Antonio, que comprende las calles del Barrio de San Antonio, del Moral, del Rincón de la Monja, comienzo de Pereros y el Adarve del Cristo, en el suroeste de la ciudad intramuros; cuya sinagoga estaba situada en la ermita de San Antonio. Y la Judería Nueva, creada el año 1478, estaba formada por las actuales calles de Pintores, Moret, de la Cruz y Panera, a espaldas de la Plaza Mayor, con la Sinagoga integrada posteriormente en el Palacio de la Isla. La Judería Vieja está formada por calles angostas con entrantes y salientes, suelo quebrado y callejones ciegos que nos hablan de un Cáceres distinto al de la nobleza de las casas fuertes con las que comparten espacio. Lo que parece ser el principal vestigio de la presencia judía en esta ciudad extremeña se encontraría en la ermita del Espíritu Santo, que aunque está en las afueras habría sido sinagoga antes de 1492. Tal como es descrita por Cantera Burgos, está dividida en tres naves, pero a su ancho está separada por dos arquerías de tres arcos de ladrillo que descansan sobre pilares octogonales, en forma muy parecida a la construcción de la famosa Santa María la Blanca de Toledo. Se trata de una arquitectura mudéjar, que contrasta con la forma de la capilla mayor, que tiene un estilo gótico más tardío. En el Repartimiento hecho a los judíos por el Rabí Jacob Aben Núñez, el juez mayor de los judíos en tiempos de Enrique IV de Trastámara, fechado en 1474, la comunidad judía de Cáceres aparece descrita como aljama, aportando al erario real la cantidad de 8.200 maravedíes. Este cuantioso tributo la situaba entre las cinco primeras aljamas de Castilla. En los siglos anteriores la judería de Cáceres no aparece citada como aljama; esto, además de indicarnos la tendencia creciente de la demografía judía en Cáceres durante el siglo XV, nos lleva a la matización de que la judería de Cáceres, antes del siglo XV, dependería de la aljama de Trujillo para todas las cuestiones religioso-jurídicas. En 1479 contaba con 130 familias, es decir 650 vecinos judíos para un total de población en torno a los 10.000 habitantes. Su judería vieja, anterior a la orden de apartamiento dictada por los reyes católicos, estuvo enclavada en lo que hoy se conoce como barrio de San Antonio de la Quebrada. Intramuros, a un lado de la ciudad, sobre un terreno desigual y en pendiente. Su Puerta, por la que se accedía directamente al barrio, era lo que ahora se llama El Arco del Cristo, y ocupaba la actual calle de San Antonio, el callejón del Moral y las diversas callejas sin nombre que hay en aquel entorno. Los modestos edificios que bordean sus callejuelas configuran un rincón bien diferenciado con respecto al resto de la ciudad medieval y renacentista. La Sinagoga de esta judería vieja estaba en el mismo lugar que la actual ermita de San Antonio de la Quebrada. A raíz de la expulsión paso a manos de un particular Alonso Golfín, que hizo construir dicha ermita de nueva planta, conservando la estructura anterior. La judería nueva, que empezó a formarse a partir de 1478, cuando los judíos se vieron obligados a trasladarse a un nuevo barrio extramuros de la ciudad. Se hallaba junto a la Plaza Mayor, por las actuales calles de Panera y de la Cruz, que en el siglo XVI todavía se llamaba de la Judería. En ella construyó una Sinagoga, que según la tradición recogida por historiadores locales como S. Benito Boxoyo y P. Hurtado, pasó luego a ser la capilla de la Cruz, en el número 6 de la calle del mismo nombre, capilla que acabaría englobada en el palacio del marqués de la Isla, que es ahora sede de la casa de la Cultura de Cáceres. En Real Carta otorgada a 14 de mayo de 1492 por los reyes católicos desde Santa Fe (Granada), se hace constar “para que se guarden y cumplan las órdenes dadas respecto a la expulsión de los judíos, pudiendo disponer éstos de sus bienes”. Se les autorizaba a vender sus bienes muebles, raíces, semovientes y créditos, mandando que se cumpla en un todo la Pragmática dada sobre su expulsión y dentro de los plazos señalados para ello. Según Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de San Miguel, en su “estudio histórico-artístico” dedicado a Cáceres, publicado en el volumen VI de “Cuadernos de arte”, y de acuerdo con otros investigadores la ermita del Espíritu Santo, situada en las afueras, en el barrio de su nombre, fue, posiblemente, una Sinagoga. En los siglos XIII y XIV los judíos residen en la Mota y en las vías urbanas de la Plaza Mayor, calle Don Marcos (hoy Santa Isabel), Rúa Zapatería y Trujillo. Los conflictos antijudíos que asolan a las aljamas de Castilla salpican a la comunidad judía de Plasencia. En 1412 el concejo establece un apartamiento judío en la Mota cerrado con una cerca que se levanta próximo a la Puerta de Coria hacia la escalinata de San Vicente donde posiblemente estaba el único postigo de acceso, la antigua casa de los Almaraz y la escalinata de la calle Esparrillas hasta el paño de la muralla. En la judería de la Mota de 1412 residen las familias Abençur, Aloya, Abenhabibe, Abonamín, Castaño, Daça, Haranón, Pardo, entre otras. La comunidad judía aparece descrita como aljama en 1474, aportando al erario real la cantidad de 8.200 maravedíes. Este cuantioso tributo la situaba entre las cinco primeras aljamas de Castilla. En 1479 contaba con 130 familias, es decir 650 vecinos judíos para un total de población en torno a los 10.000 habitantes.
Viernes, 29 de marzo de 2024 -

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