(Bureba). Se cuenta que esa judería contaría con 200 judíos aunque, algunos historiadores como Itzhak Baer, no aceptan esa cifra señalando que el lugar era tan pequeño que no es admisible que hubiera tantos hebreos. Se tiene conocimiento de la existencia de judíos en esta localidad durante el siglo XI. Esta judería sufrió durante la guerra fratricida entre el rey Pedro I de Castilla y su hermano el bastardo Enrique de Trastámara. Según el cronista hebreo Samuel ibn Zarza, dice que los partidarios del bastardo, y ante todo los soldados de las compañías francesas dirigidas por Bertrand de Guesclin, “aniquilaron a la comunidad santa y pura... No quedó de ellos ni uno solo entre los doscientos padres de familia que residían allí”. Sin duda alguna la matanza fue espeluznante “los cadáveres sirvieron de alimento a los pájaros del cielo y las bestias del campo”. En el fuero de Briviesca, en su rico e interesante artículo concerniente a los judíos, ordena que la jura de salva la harán “en la Synoga por sus cabezas, poniendo manos sobre la Toráh, en la manera que diz la ley del título de la jura de la mancuadra”. El condestable D. Pedro Fernández de Velasco, desde Valladolid, donde se hallaba a la sazón la corte, el 7 de Marzo de 1554, concedía licencia a su mujer, Doña Juliana Angulo de Velasco y Aragón, para que pudiera vender bienes de su propiedad, y, entre ellos, “las casas que la dicha Duquesa tiene en los barrios de San Juan y Cantarranas la menor y barrio de San Pedro, las casas de Briviesca que fueron de los judios...”