La Iglesia de San Pedro, se levanta en el solar que ocupaba la Sinagoga, de una villa habitada principalmente por población sefardí. En sentencia dictada en Valladolid, por el obispo de Córdoba Don Iñigo Manrique, del Consejo de los Reyes Católicos, una sentencia que vino a resolver el enojoso pleito suscitado entre el párroco de la iglesia de San Pedro, de Bembibre, Diego González y la aljama judía del lugar, representada por Raviça (Rabí Isaac) Connueto. El párroco Diego González, había trocado en iglesia una sinagoga recientemente edificada “mas rica e mas sunptuosa que la que antes tenían”. “Por aquesto justamente la merecieron perder”. Aunque devuelta por breve tiempo al culto judaico “por la justicia seglar de la dicha villa”, el prelado decidió, en calidad de juez árbitro, que la sinagoga, sacada de allí la Toráh, continuara como iglesia; mas, por cuanto el párroco en su actuación no se había atenido a formas de derecho, quedaba obligado a instalar como sinagoga, dentro de los seis meses inmediatos, “una casa en que los dichos judíos se ayunten, en el suelo que por ellos e por el concejo de dicha villa la fuese señalado, la qual sea fecha de cinco tapias en alto, e de treinta y cinco pies en largo, e veinte e cinco pies en ancho, e qual maderamiento della sea llano sin pintura ni molura alguna de hilera de madera bien labrada e buena”. Es el único caso de un edificio que habiendo sido sinagoga se encuentra en medio de la plaza principal de la población,  en vez de hallarse como es usual, junto a las murallas de la ciudad. Todavía en 1949, existía referencia concreta al llamado “Arroyo del judío”, estrecho reguero que arrancando del costado meridional del casco urbano de Bembibre (León), atravesaba los fértiles terrenos de huerta hasta salir al río Boeza. En la actualidad este topónimo se ha perdido.