El conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, otorgó en 1144 una finca a un judío llamado Zecri como recompensa por sus servicios, y en 1179 el arzobispo de Huesca permitió a dos judíos la creación de tiendas cerca de la catedral. Los privilegios concedidos a los hebreos en 1273, les permitían exigir a las autoridades que ejecutaran a los informantes, así como se juzgara a los judíos licenciosos. En 1330 la comunidad se encontraba en tan difíciles circunstancias, que un gravamen especial impuesto por Alfonso IV era tan sólo de 20 sólidos de Jaca. Pero Pedro IV impuso a esa comunidad un tributo de 500 sólidos, para financiar la guerra librada contra Castilla. Durante las matanzas de 1391, los judíos se refugiaron en la ciudadela, la que fue sitiada por quienes se proponían asesinarlos. El 18 de agosto, el rey Juan I impartió instrucciones a las autoridades locales para que tomasen medidas contra los culpables de esos disturbios. El 10 de agosto de 1414, se abandonan las viviendas habitadas por los judíos enclavadas entre las cristianas. En ese momento la judería sigue enclavada en el interior de la fortaleza, perfectamente delimitada respecto a las parroquias cristianas. Parece ser que la judería dejó de existir luego de la disputa de Tortosa, y como consecuencia de las presiones ejercidas por el predicador valenciano Vicente Ferrer. El 27 de Abril de 1415 Benedicto XIII da ordenes sobre trueque de la Sinagoga en una iglesia por haberse convertido al cristianismo los judíos de su aljama, sin duda a consecuencia de la Disputa de Tortosa.

FUENTES: [1] INVESTIGACIÓN PROPIA del CDE Moisés de León; [2] Motis Dolader, Miguel Ángel. La comunidad judía de la Villa de Tauste durante la Edad Media. En: Tauste en su historia: Actas de las III Jornadas sobre la Historia de Tauste, 10 al 14 de diciembre de 2001. Ayuntamiento de la Villa de Tauste. Patronato de la Casa de Cultura. (Zaragoza - Aragón / España). Año 2003, páginas 157 a 238.