El 5 de noviembre de 1468, en el testamento que otorgó Pero Meléndez de Valdés, hijo de Mem Rodríguez de Valdés, figura una manda a favor de Isaac Asayo, que era su mayordomo, por la que le deja tierras, yuntas y heredades en Marchamalo y Marchamadillo (Guadalajara – Castilla-La Mancha / España), como recompensa a sus favores.
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