Fue condenado en el auto de Fe celebrado por la inquisición en la Plaza Mayor de Madrid (España), el día 30 de junio de 1680, como judaizante, siendo relajado, condenado a morir quemado, cuya sentencia se cumplió la tarde de ese día, en el quemadero instalado en la “Puerta de Fuencarral”, hoy plaza de San Bernardo, esquina a la calle de Alberto Aguilera, según se baja por la calle de San Bernardo, a la derecha. En dicho lugar se levanta un edificio que en principio fue destinado a viviendas de personal de graduación del ejército. El auto fue inmortalizado por el pintor Francisco Rizi en 1683 en un cuadro.