Judaizante y protestante de la primera mitad del siglo XVII. Fue catalán, de la montaña de Catalunya, como le llama Menéndez y Pelayo en su Historia de los Heterodoxos españoles. En las portadas de sus libros figura la palabra Montañés, cual segundo apellido. Se exilió en Ámsterdam (Holanda). Allí, tal vez sin más objetivo que por conveniencias de su escasa fortuna se dió a profesar el protestantismo en varios folletos, confesiones de Fe o libros de polémica, cuales son: Cristiana Confesión de la fe fundada en la sola Escritura Sagrada (Leyden, 1629), Libro titulado “Incoena Domini”, dirigido a los ilustrisimos, muy altos y poderosos Señores mis Señores, Estados generales de las provincias unidas del País Baxo (La Haya, 1629) y Throsne de David ou cinquiesme Monarchie Royanme d’Israel, promise par l’Eternet comme il se voit es Actes des Potres, cap. 1, v. 6, et en toute l’Escritures Sainte (1643), dedicado a Guillemo de Orange. Es de sabor milenarista. Lo mismo se diga del De divinitate Jesu-Christi et de Reyno Dei (La Haya. 1650). El Aviso sobre los abusos de la Iglesia Romana, y el Desengaño del engaño del Pontífice Romano, dicen bastante de sus ideas. Su judaísmo se manifiesta en un libro que imprimió clandestinamente en 1645 (Misericordías David fideles, dedicado al Soberano Señor Dios de Israel), esta obra despertó el celo de otro reformador italiano, Marginetti, para que denunciase al autor en el escrito Brevis demostratio ad Reverendos Ministros Verbi Dei Ecclesiae Reformatae, contra impian et perversam doctrinam Michalis Monserrati Montañes Cathalauni nullius Religionis, Ad majorem Jesu-Christi gloriam.