Hijo de Solomón ibn Zadok de Toledo, fue arrendador de las salinas, pertenecientes por tradición al tesoro real, y desempeñó un importante papel en la organización económica del reino como arrendador de impuestos. Sucedió a su padre como almojarife mayor. Prestó valiosos servicios en los preparativos de la guerra contra el emir de Niebla, Ibn-Mahfat. Sin embargo, disfruto poco tiempo de tan brillante situación, ya que, en 1280, fue ejecutado por orden de Alfonso X y para escarmiento público, por haber apoyado la causa, durante la guerra civil, del futuro Sancho IV, en contra de su padre Alfonso X, en la plaza de San Francisco de Sevilla (Andalucía / España), sin que nada pudiera hacer para evitarlo su nuevo valedor, el infante don Sancho, quien presenció impotente su muerte, refugiado en el vecino convento franciscano. Su muerte puede servirnos como un ejemplo del posible sentimiento antijudío que demostró el monarca al final de su reinado, que se ha definido por algunos, como un auténtico régimen de terror impuesto por el rey Alfonso X en su ancianidad.