Fuente:
Biografías
Abudaçan, Çag.
Contra él protestan en septiembre de 1403, varios corredores judíos como él, arrendador de la alcabala (tributo que el vendedor pagaba al fisco en la compraventa, y ambos contratantes en la permuta) de la cerundaja, que pretendía inscribir el nombre de las personas que empeñaban joyas u otros bienes, siendo así que mucha gente prefería quedar en el anonimato, el concejo de Murcia les da la razón, pues se podía anotar el género, pero no los enajenantes.