Biografías

Uno de los nombres con los que se conocía entre los cristianos a Selomo ben Yehudá ibn Gabirol. (Nacido en Málaga – Andalucía / España, 1020 – fallecido según Moshe ibn Ezra, en Lucena - Córdoba / Andalucía, hacia 1058). Conocido entre los musulmanes como Abu Ayyud Sualyman Ibn Yahya ibn Yabirul, y entre el occidente cristiano con los nombres de Aben Cebrol, Avicebron, Avencebrol, Avincebrol, etc. Aunque nacido en Málaga, su formación la recibió en Zaragoza. Sus padres eran de Córdoba, de donde huyeron en tiempo de Almanzor a Málaga, donde nacería y de donde asímismo y debido a las revueltas de la fitna o guerra civil que se entabló entre amiríes y hammudíes, con motivo de la sucesión al califato. A Zaragoza llega, siendo de unos cuatro años de edad, sólo con su padre y algún otro amigo. Ibn Gabirol fue de salud quebradiza y sensibilidad extrema, lo que le dotó de una prematura madurez. En Zaragoza le acogió y protegió Yequtiel ibn Yishaq, ministro del monarca tuyibi al-Mundir II, y al ser su protector asesinado en 1038, le protege Semuel ibn Nagrella, llamado ha-Negid, de Granada. Su influencia alcanzó todos los campos de la poesía y la literatura, la exégesis bíblica, la gramática y la filosofía. En Zaragoza recibió toda su formación y escribió la mayor parte de sus obras, en las que es plausible la influencia de la escuela zaragozana de filosofía, lo mismo que el pensamiento de Ibn Gabirol imprimó su huella sobre los demás intelectuales de la ciudad. Recibió una excelente formación científica y literaria y contó con la protección de influyentes personajes de la corte. Fue grande su aportación a la gramática hebrea con su libro compuesto en verso a los diecinueve años titulado Anaq (Collar), del cual sólo se conserva una pequeña parte. En la introducción de este poema habla de las excelencias de la lengua hebrea, animando a sus correligionarios a que la recuperen en unos momentos en los que el idioma dominante y oficial era el árabe, y a continuación hace un análisis del hebreo para enseñanza del mismo entre las aljamas. En Zaragoza estaba todavía en 1045, cuando escribe su Libro de la corrección de los caracteres y ésta es la última fecha segura que conocemos de su vida. El Ibn Gabirol poeta y el filósofo son el dorso y la palma de la misma mano, el mismo modo de aprehender el mundo, a Dios y a sí mismo. Como poeta, le cabe el mérito de haber iniciado una nueva forma de hacer poesía en el judaísmo, creando una auténtica escuela. La primera novedad consiste en la adopción de los metros árabes para los temas seculares. Pero la impronta en poesía religiosa es más personal y se centra en la utilización de la lengua hebrea renovada y actualizada, empleando metros silábicos específicos del "piyut" sefardí, de origen aún sin esclarecer. Ibn Gabirol ha sido aquí un modelo imitado incluso hoy en día: sus poemas religiosos se usan en las ceremonias judías y en especial en el Yom Kipur o Día de la Expiación. La posición de Ibn Gabirol como cantor de los sentimientos religiosos se halla perfectamente inscrita en el racionalismo, pietismo, misticismo y eticismo de la escuela Zaragoza, al modo como Ibn al-Arif, Ibn al-Sid, ibn Pakúda y Avemace, entre otros, demostrarían hasta la saciedad. Dentro de su obra poética destacan los Kéter Malkut (Corona Real) y Azharoth, sus más importantes composiciones litúrgicas hebreas, en esta última expone los 613 preceptos; Situada entre la poesía y la prosa se halla Selección de Perlas, escrita originariamente en árabe y traducida después al hebreo. Mujtar al yawahir (Selección de perlas), en árabe, traducido al hebreo por Yehudah ben Tibbón con el título de Mibhar hapeninim, se trata de una colección de 652 sentencias práctico-morales, divididas en 64 capítulos. La única obra que tenemos fechada con exactitud -1045- es el citado Kitab islah al-ajlaq (Libro de la corrección de los caracteres), compuesto en Zaragoza en el año 1045 en árabe y traducida posteriormente, en el año 1167, al hebreo; El Libro sobre el ser, compuesto en árabe; El libro sobre la voluntad; De su producción estrictamente filosófica sólo nos queda una obra: La fuente de la vida (en hebreo Mekor jáim), escrito en árabe con el título de Yanbu al-hayat, traducido al latín (Fons Vitae) por Juan Hispano y Domingo Gundisalino (siglo XII), en la llamada "escuela de traductores de Toledo", y al hebreo por Folsquera (siglo XIII), que ejerció gran influencia en la Edad Medía. La forma utilizada en esta obra es el diálogo, y su estilo seco y árido contrasta con el Ibn Gabirol poeta. Pero el fondo es sin embargo el mismo: "la inquietud del hombre sumido en la materia y en sus cambios, que aspira a unirse a Dios Uno, absoluto e inmóvil; para lo cual expone una cosmología que sirva a la vez de puente y camino hacia El". En este sentido, las fuentes que se pueden señalar para el pensamiento de Ibn Gabirol estarían en Aristóteles, Plotino o el Pseudo Empedocles. No obstante, La fuente de la vida es profundamente original. Para Ibn Gabirol el objeto del saber se centra en tres puntos. El conocimiento de sí mismo, el conocimiento del mundo, el conocimiento de Dios -concretamente de su Voluntad-, a la que se llega tras la reflexión sobre sí mismo y el mundo. Esta meta, cifrada en el conocimiento ha de ir acompañada de una práctica santa y recta, que Ibn Gabirol define de manera un tanto difusa sin embargo. "El hombre debe ir ascendiendo de escalón en escalón, prescindiendo de lo caduco y múltiple corpóreo, hasta llegar al Alma, al intelecto, y luego a la Materia y la Forma. Finalmente, desde éstas a Dios. Ahora bien, la sustancia y Esencia misma de Dios son totalmente incognoscibles para el hombre, y sólo se pueden alcanzar por privilegio divino y por intuición mística, extrarracional. Con lo cual se sitúa Ibn Gabirol en la más estricta tradición judía e islámica. Su esquema racional, la meta racionalista, científica y filosófica que propone al hombre, se ve corona así con la vía mística terminal". El influjo que ejerció La Fuente de la Vida fue muy diverso, pero siempre superior en el mundo cristiano que en el judaico, y dentro de éste tuvo más incidencia en el ámbito neoplatónico y cabalístico. En el occidente cristiano su pensamiento fue recogido por Guillermo de Auvernia, Alejandro de Hales (ambos del siglo XIII), y Duns Scott (escuela franciscana). Los dominicos (en especial San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino) le rechazaron siempre. Ibn Gabirol fue especialmente comprendido por David de Dinant, quien subrayó la composición material de todo ser, derivando de ello un sistema panteísta materialista, recogido después por el Renacimiento a través de León Hebreo hasta llegar a Giordano Bruno y Spinoza, que lo interpretaron cada uno en un sentido diferente.
Fuente:
Sábado, 20 de abril de 2024 -

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