Mulato berberisco. En el auto de fe celebrado en Sevilla (Andalucía / España) el día 28 de febrero de 1623, se le condenó acusado de profesar el judaísmo o religión mosaica, a recibir doscientos latigazos, que se le administraron el día 1 de marzo. Parece que no se corrigió pues en la noche del 27 de noviembre de 1625 se presentó delante de la iglesia de San Isidoro, que estaba enfrente a la calle de la Caza y colocó allí un cartel que decía: "Viva Moisés y su ley, que lo demás es locura". Esto causo una gran indignación, y establecida la correspondiente vigilancia, fue sorprendido en otra acción similar a la noche siguiente. Arrestado y condenado a permanecer una hora con "la mano derecha levantada y arrimada a la pared con una argolla, sobre un tablado que debía levantarse a la puerta de la iglesia donde había cometido el delito". Además de esta pena, fue condenado a cuatro años de galeras, y finalmente, a prisión perpetua, mediante auto de fe que tuvo lugar en el convento de San Pablo el Real, el segundo domingo de cuaresma, último día del mes de febrero de 1627.