Renombrado cabalista y jurista, nació en Sale (Marruecos), en 1696, siendo descendiente de una ilustre y pudiente familia que llegó allí con la expulsión de España. Fue discípulo de su abuelo de igual nombre. Después de una pequeña ausencia debido a persecuciones que sufrían los judíos allí, funda una Yeshiváh a la cual mantuvo de su propio peculio. No obstante, por la mañana y por la noche ofrece sus discursos a los habitantes de su ciudad. Sus compatriotas lo consideraban su dirigente máximo, tanto en el campo espiritual como en todos los terrenos. El no sólo velaba por su situación espiritual, también la situación material de sus correligionarios le preocupaba, de allí que repartía caritativamente todos los fondos que llegaban a sus manos. Pero en el año 1725, a la muerte de su suegro, su situación económica comienza a decaer, y en 1732 se ve obligado a trasladarse a Fez, donde reside hasta 1738, cuando irrumpió el hambre fatal que acosó a todo Marruecos. Se dirige entonces a Tetuán, residencia de las autoridades oficiales, donde no había tanta hambruna. Todo este deambular le confirma la idea de emprender el viaje a Eretz Israel y establecerse en Jerusalén. Largas travesías y aventuras milagrosas debe acometer para conseguirlo. Finalmente alcanza las costas de la Tierra de Israel. Ya en Jerusalén funda finalmente la ansiada Yeshiváh con los discípulos que le acompañaron por todo el camino, falleciendo en 1743. Su obra máxima, el comentario a la Toráh  “Or ha-Chayím”, es un compendio de sus disertaciones, que resultan una exquisita síntesis de explicaciones lógicas y halájicas sobre un fondo profundamente cabalístico.