El 28 de junio de 1477 el concejo de la ciudad de Murcia (España), ordena a Pedro de Carranza que devuelva a Beniatar los cueros y otras prendas secuestradas y se quede solamente con el vino contenido en los cueros, la sanción se basaba en haber vendido vino casher en la judería, y que ni nuevamente incurriera en tal contravención, que se le incaute el vino, si bien tal vino no lo beban los jueces ni otras personas, sino que se venda y su ganancia se destine a los pobres de los hospitales.