En el siglo V, en la isla de Menorca sólo había judíos en Mahón (Magona [Baleares / España]). En la comunidad judía destacaba Teodoro, que era rabino y pater patrum de la sinagoga. Había desempeñado todos los cargos de la curia, e incluso el de defensor civitatis. Por su riqueza, poder y autoridad era, por lo tanto, un personaje de primer orden perteneciente a la élite de la ciudad entre la comunidad judía y la cristiana. Se le nombra en la carta del obispo Severo de Menorca,  escrita el mes de febrero del año 417, como Doctor en la Ley (rabino), habiendo sido representante del poder (defensor ciuitatis). En realidad era el patrono del municipio. La llegada a esta isla de las reliquias del cristiano san Esteban, encendió la mecha de los cristianos contra los judíos, favorecida por el obispo Severo, llegando a quemar la Sinagoga. Después de estos y otros hechos, Teodoro se convirtió al cristianismo, hecho que arrastro a otros judíos a tomar la misma decisión. Este hecho supuso el primer caso de conversión forzado de los judíos al cristianismo en lo que ahora es España.